carta para la vida entera


no tenemos por qué ser una generación con culpa. nuestra armadura es mochila. podemos llevarla lo mas liviana posible pero todavía nos pesa. no hablo de física. nos pesa por el hecho de armarnos. nos pesa por el legado oxidado de la guerra que no empezamos nosotros.
nacimos y al toque nos entrenaron para salir a la calle y sobrevivir, defendernos. competimos. estamos educados para eso.
pero ya ni sabemos el origen de esta guerra.¿por que seguimos dando batalla?
creo que si somos responsables de eso.
de aceptar las reglas del juego como nos lo presentaron. somos irresponsables al imitar incondicionalmente a nuestros padres.
si el mundo esta inmerso en una inercia imparable nosotros no somos los culpables, pero tampoco tenemos por que ser víctimas. podemos encontrar espacio para el acuerdo.
la humanidad todavía cree que reina sobre este planeta y hace bocha de esfuerzo para sostener esa mentira. concede un montón de caprichos.
podemos educarnos a nosotros mismos en función de voluntades menos egoístas.
a compartir se aprende y desaprende todo el tiempo. estamos en peligro, no de extinguirnos. pero si de rendirnos. nos asecha la desconfianza y es ahí cuando estamos perdidos.
creo que ya estamos en el paraíso. no tiene ni puerta ni llave ni juicio para entrar. estamos adentro.
eso si, lo tenemos  bastante enquilombado y sucio. elegimos convivir así.
sinceramente cuando imagino el Edén y la vida que llevaban ahí Adán y Eva, me aburro. una sensación de vacío me tirones desde el esófago como angustia. leo esto y me siento un toque ortiva y frígida. pero esa vida no me calienta. me excita mucho mas el desafío de encontrar territorios habitables y habitarlos. quien ve bien ve nidos.
quiero investigar el pasado en función del presente y aplicar lo que aprenda a futuro. en la cancha misma. que es ya. desde que participo que estoy en juego. necesito desclavar todo lo obsoleto que sigue vigente. abrir paso, limpiar terreno.
El fin de semana pasado me sorprendí a mi misma estudiando a las personas que estaban en la misma que yo. estábamos dibujando uno x uno en una guía telefonía distintos tópicos que después analizamos y comparamos en voz alta. rotundo el rol de juez, recreamos el circo romano y nos animamos a emitir juicios banales en la cara del juzgado. la calificación nunca cayo en la vieja escuela de separar el bien del mal. pero entre medallas especiales y menciones, algún tilde señaló aceptación. ¡que miedo a la cruz! el pueblo evidencia las fallas y los intentos deshonestos, lo mas sano.
el fantasma esta en que esa cruz te elimine del juego. pero esa regla esta obsoletísima. ya ni se aplica desde el consenso. igual sigue vigente porque alimentamos la vergüenza.
si nos animamos a ser sinceros no puede salirnos mal. pienso que en esta batalla no hay riesgo de muerte.
si nos iluminamos entre nosotros es mas fácil limpiar. encontrar lo que buscábamos. todavía hay miedos presentes que no son nuestros. y nos siguen paralizando.
el miedo no asusta, el fantasma.
reunirnos al rededor de lo que nos aterra no tiene sentido si no es para afrontarlo entre todos. contemplarlo solo lo alimenta. no le hacemos culto a las instituciones, las estamos rodeando, las estudiamos tanto como ellas a nosotros.
a mi me asusta que me presten el laboratorio para ser el experimento. también quiero ser científica. eso es lo que entiendo por justicia.
quiero cultivar una obra que me acompañe toda la vida a todas partes que vaya. quiero pedirle todo lo que no puedo (ni quiero) demandarle a las personas.
mi meta es que me charle. que me responda. que este siempre despierta a la misma hora que yo y que este abierta a coparse conmigo en todas. que tome identidad y fuerza propia. que también converse con otros y se vuelva así mas perspicaz y pueda ayudarme cuando yo me asusto.
que nunca dejemos de creernos.
mi única relación incondicional es con ella. en cada muestra nos casamos.
mi obra no es celosa. solo se siente insegura cuando la dejo sola.
yo soy el cuerpo, en esta historia de amor, la primera que va a morir.ambas lo sabemos. a veces lo sufrimos. discutimos. pero es el destino. el me da la fuerza para construir. si yo no me levanto  no la hago crecer. y yo la amo. pienso en lo que será de ella cuando yo no esté. ¿otros se enamoraran? ojalá que si. ojalá que le den buena vida y no la opriman. ojalá se enamore de otra obra y vivan juntas para siempre. ese es el mejor destino que le deseo.
nunca imaginaria el destino de un hijo.
no proyecto en ellos mi posibilidad de perdurar en el tiempo.
mi obra es mi amante, mi esclava, mi guía. con ella me hago torta e inmortal.
soy un anónimo mas entre los humanos. un numero en el censo. y no me importa, porque la amo. y creo que nadie tiene nada que envidiarme. mi relación con ella pude e ser objeto de celos. cuando un humano se enamora de nosotras, quiere unírsenos, pero a veces nos pinta la exclusividad. nos entendemos muy bien. nadie va a poder separarnos. ese deseo no tiene fuerza real. es tan absurdo como siempre lo  es la envidia. el resentimiento por no ser lo que uno quiere ser. la confusión de los deseos propios con la construcción ajena.
obra: QUE NI LA MUERTE NOS SEPARE
cuando una estrella muere, su destello sigue viajando por el cosmos. desde la perspectiva de cada uno no se puede contemplar por mas tiempo del que vivió la estrella misma. pero el numero de contempladores, completadores, es infinito.

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